Justo entre la ciudad de Ibiza y el pueblo de Sant José, se encuentra esta encantadora finca en la cima de una montaña. La ubicación es única porque la villa se encuentra en medio del campo, lo que crea una sensación de tranquilidad y libertad, pero al mismo tiempo se encuentra a pocos minutos en la parte más vibrante de la isla, la ciudad de Ibiza. Como no hay vecinos, esta finca ofrece completa privacidad. A pocos minutos en coche se llega al pequeño pueblo de San Jordi, donde se pueden encontrar varios servicios, como supermercados, restaurantes, una farmacia y otras tiendas. A las hermosas playas como Es Cavallet , Las salinas o Playa D»en Bossa se puede llegar en diez minutos en coche.
Esta finca ha sido renovada recientemente, pero la exclusividad es que se ha llevado a cabo con pleno respeto al estilo de la casa y su finca. Esto se refleja claramente en los marcos de madera originales, los suelos de baldosa hechos a mano y otros acentos no adulterados. Al entrar, los altos techos con vigas de auténtico enebro le llamarán inmediatamente la atención. Los techos tienen 3,4 metros de altura en toda la residencia, lo que crea una sensación de gran amplitud.
La planta baja ofrece una agradable sala de estar con chimenea, amplias opciones de asientos, incluyendo finos sofás, e incluso un espacio de oficina. Desde aquí hay acceso directo a la terraza. El comedor facilita una auténtica estufa de cerámica con una mesa de comedor ornamentada que incluye sillas a juego. La cocina abierta, totalmente equipada, cuenta con una amplia zona de comedor, de nuevo con acceso al porche y a la terraza. El primer y amplio dormitorio también se encuentra en esta planta. Una vez más, los elementos antiguos de la finca se perciben rápidamente y los grandes armarios empotrados están perfectamente ocultos en las paredes de la zona de descanso. Por último, esta planta facilita un baño privado y una lavandería. Los otros dos dormitorios se encuentran una planta más arriba. Ambos tienen un baño privado, cada uno con una vista espectacular sobre la terraza privada o el jardín.
En cuanto salgas al exterior te sorprenderá la vista panorámica sobre el hermoso mar e incluso podrás ver Formentera. Al llegar a la cima, podrá disfrutar de la puesta de sol en la bahía de San Antonio. La superficie construida es de 362 m² mientras que el terreno tiene un total de 106.000 m² donde también hay espacio suficiente para aparcar coches. Alrededor de la villa el jardín está bien mantenido y las plantas locales se alternan con varias flores y árboles (olivos). Lo que también es especial es que toda la residencia está «fuera de la red», lo que a grandes rasgos significa que no está conectada a la red eléctrica, la red de gas, el suministro de agua y el alcantarillado. Las áreas exteriores también contienen varias terrazas y oportunidades de sol y por último pero no menos importante: la piscina infinita. Esto no debería faltar en la descripción de esta fantástica finca. Recientemente renovada en 2013, esta hermosa piscina hace que esta casa sea absolutamente completa.
